En 2018, le rezamos a un pescado. Ensayando apuestas en torno a una comunión, no solo nos preguntamos con qué ingredientes o técnicas podíamos trabajar lo que acabó siendo una hostia de merluza granizada con alioli, sino cómo compartir la esencia de un ritual como este a través de distintas formas de expresión.
Nos interesó propiciar un pacto entre cómplices al momento en que comenzaba el menú: los comensales recibían la hostia directamente sobre las manos y se la llevaban a la boca sellando un encuentro con las texturas inesperadas que ofrecía aquella oblea hecha con merluza granizada, en la que se añadía un pequeño punto de alioli justo antes de colocar sobre la servilleta de tela que se le entregaba a cada cual.
Lejos de limitar el ejercicio a la mesa, apelamos al lenguaje audiovisual con la idea de elaborar un video que transmitiera lo que para nosotros infundía el encuentro con la piel granizada de nuestra merluza.
Luego, trasladando la creatividad de nuestra cocina al lenguaje narrativo, compusimos con la ayuda del escritor Raúl Nagore una oración de comunión, a propósito de la publicación de nuestro libro Mugaritz Puntos de Fuga.
Tomad y comed todos de ella
Si venís en nombre de la curiosidad
Si tenéis hambre y sed de experiencias
Pues está escrito que no solo de pan vive el hombre
Si bien un poco de bogavante nunca está de más
Tomad y comed todos de ella
Dejad en la entrada los viejos adjetivos
A partir de aquí ya no vale uy qué bueno
A partir de aquí no vale agh qué malo
Abrid vuestro lenguaje a los nuevos estímulos
Aquel que busque la palabra certera la encontrará…
Desde la casa del Árbol, ensayamos nuestras estrofas con quienes se animaron a practicar con nosotros la #fluidez como ejercicio de #GimnasiaMental